lunes, 1 de febrero de 2010

IV. PLUSVALIA Y CAPITALISMO. PAUL. M. SWEEZY.

No de debe confundir la producción de mercancías en general con capitalismo. Es verdad que el capitalismo implica producción de mercancías, pero la producción de mercancías no implica necesariamente capitalismo.

El capitalismo

Bajo la producción simple de mercancías, cada productor posee y trabaja con sus propios medios de producción, bajo el capitalismo la propiedad de los medios de producción corresponde a un conjunto de individuos, mientras que otro realiza el trabajo. Tanto los medios de producción, como la fuerza de trabajo, son mercancías. Una y otra son objetos de cambio y portadores de valor de cambio. Tantos las relaciones entre propietarios, como las relaciones entre propietarios y no propietarios tienen carácter de relaciones de cambio. Lo primero es característico de de la producción de mercancías en general, lo segundo del capitalismo solamente.
Bajo el capitalismo, el capitalista como tal, se presenta en el mercado con dinero, compra mercancías y después de cumplido este proceso de producción, vuelve al mercado con un producto que convierte una vez más en dinero. M-D-M. El dinero es el principio y el fin. El capitalista solo tiene que desembolsar dinero a cambio de fuerza de trabajo y medios de producción, en esta forma puede adquirir una cantidad mejor. La diferencia entre D y D, es lo que Marx llama plusvalía, constituye el ingreso del capitalista como tal, y suministra “el fin directo y el incentivo determinante de la producción”.

EL origen de la plusvalía

El capitalista toma a salario al obrero para que éste realice cualquier tarea que se le encomiende. Compra la capacidad de trabajo del obrero, su fuerza de trabajo, pero hasta aquí no se trata del gasto de cerebro y músculo que constituyen el trabajo real. La fuerza de trabajo es el trabajador mismo. En una sociedad de esclavos esto es obvio, bajo el capitalismo se oscurece la realidad de que lo que obrero hace es venderse por un periodo estipulado, bajo la forma de contrato de trabajo.
Si la fuerza de trabajo es una mercancía, debe tener valor como cualquier otra mercancía. El valor de la fuerza de trabajo se reduce al valor de una cantidad más o menos precisa de mercancías ordinarias.
La plusvalía no puede surgir del mero proceso de circulación de mercancías. Si todos pretenden obtener una ganancia elevando sus precios, lo que cada quien ganará como vendedor, lo perdería como comprador, y el único resultado sería la elevación de los precios en general, lo que a nadie beneficiaria. Los materiales que entran en el proceso tampoco son la fuente de plusvalía, ni tampoco en los edificios y maquinaria que se utilizan en el proceso. Por lo tanto la fuente de trabajo es la fuente de la plusvalía.
El capitalista paga al obrero una suma correspondiente al valor de los medios de subsistencia del obrero. Después del trabajo de producción el obrero ha añadido al valor de los materiales y la maquinaria usados, el valor adicional suficiente para compensar sus propios medios de subsistencia. Aumentando el tiempo de producción el obrero produce más que los medios de subsistencia de un día. La jornada de trabajo se divide en dos partes: trabajo necesario y trabajo excedente.
El trabajo necesario va a poder del obrero, y el capitalista se apropia del trabajo excedente en forma de plusvalía.
Lo específico del capitalismo no es el hecho de la explotación de una parte por otra, sino la forma que asume esta explotación, la producción de plusvalía.

Los componentes del valor.

El valor de cualquier mercancía producida en las condiciones de capitalismo se puede dividir en tres partes.
El valor de los materiales y la maquinaria usados. No sufre en el proceso ninguna alteración continua de su valor. Capital constante. “c”
EL valor de la fuerza de trabajo. Sufre una alteración de su valor. Reproduce su propio valor y produce más. Capital variable. “v”
Plusvalía. “p”

c + v + p = valor total (de una mercancía)

El valor total equivale a las entradas brutas por ventas, el capital constante al desembolso en materiales más depreciación, el capital variable el desembolso en sueldos y salarios, y la plusvalía al ingreso disponible para su distribución como interés y dividendos o para su reinversión en el negocio.

La tasa de plusvalía.

La tasa de plusvalía se define como la proporción de plusvalía con respecto al capital variable. “p´ ”

p
──── = p´ = tasa de plusvalía.
v

La tasa de plusvalía es la forma capitalista de lo que Marx llama la tasa de explotación, la proporción de trabajo excedente con respecto al trabajo necesario.
La magnitud de la tasa de plusvalía es determinada por tres factores: la duración del día de trabajo, la cantidad de mercancías que entran en el salario real y la productividad del trabajo.
La tasa de plusvalía puede elevarse, ya sea por una extensión del día de trabajo (plusvalía absoluta), o por una rebaja del salario real (plusvalía relativa), o por un aumento de la productividad del trabajo, o bien, por alguna combinación de las tres.
Marx pensaba que la tasa de plusvalía es igual en todas las ramas de la industria. Esto solo se da parcialmente en la práctica. Ningún productor opera con un nivel de técnica excepcionalmente alto o bajo. En la medida que esta condición no se satisfaga, algunos productores tendrán una tasa más alta o mas baja de plusvalía, que el promedio social, y estas diferencias no serán eliminadas por la transferibilidad y movilidad del trabajo entre industrias y empresas.

La composición del capital

La segunda proporción que se deriva de la formula c + v + p, es una medida de la relación del capital constante con el capital variable, en el capital total usado en la producción. “composición orgánica del capital”. Es la proporción del capital constante con respecto al capital total:

c
─── = o = composición orgánica del capital
c + v

la composición orgánica del material es una medida de la amplitud en que el trabajo es provisto de materiales, instrumentos y maquinaria en el proceso productivo.
La tasa de los salarios reales, la productividad en el trabajo, el nivel común de la técnica y la amplitud de la acumulación de capital en el pasado, todo ello entra en la determinación de la composición orgánica del capital.

La tasa de la ganancia.

Para el capitalista la proporción crucial es la tasa de la ganancia, que es la proporción de la plusvalía con respecto al desembolso total de capital. “g”

p
──── = g = tasa de la ganancia
c + v

No hay que pagar ninguna porción de plusvalía al propietario en forma de renta.
El capitalista calcula usualmente la tasa de ganancia sobre su inversión total por un periodo de tiempo dado. Pero la total inversión no es generalmente igual que el capital empleado, ya que el tiempo de rotación de los distintos elementos de la inversión total varia grandemente.
Los factores que determinan la tasa de ganancia son idénticos a los factores que determinan la tasa de plusvalía y la composición orgánica del capital.
Como en el caso de la tasa de plusvalía, también en la tasa de la ganancia se supone la igualdad general entre las industrias y las empresas. Todo capitalista que logre mantener una ventajea en cuanto a los métodos técnicos puede disfrutar de una tasa más alta de la plusvalía y de una tasa más alta de la ganancia, que sus colegas.
Si tanto las tasas de plusvalía como las tasas de ganancias son iguales en todas partes, se sigue entonces que, si el cambio de mercancías debe realizarse de acuerdo con la ley del valor, la composición orgánica del capital debe ser también la misma en todas partes.

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