sábado, 30 de enero de 2010

CAP II. “EL PROBLEMA DEL VALOR CUALITATIVO”. PAUL. M. SWEEZY.

1. Introducción.

Mercancía es todo lo que se produce para el cambio más bien que para el uso del producto. Marx refuta la idea de que las tareas de la economía política tienen un carácter exclusivamente cuantitativo, para indicar que también tiene un carácter cualitativo. El economista debe atender las relaciones sociales que operan bajo la producción de mercancías.

2. Valor de uso.

Toda mercancía presenta dos valores, el valor de uso el valor de cambio. El valor de uso se refiere a la relación ente el consumidor y el objeto consumido. Para la economía, este valor, el valor de uso, ocupa un lugar central, sin embargo para Marx este valor no daba como resultado directamente una relación social, por ello lo excluía. El valor de uso es un prerrequisito del consumo y no está excluido por Marx totalmente de la cadena causal de los fenómenos económicos, aunque no haya desarrollado una teoría subjetiva del valor conscientemente.

3. Valor de cambio.

La calidad de las mercancías es lo que determina su valor de cambio. Poseer valor de cabio aporta a las mercancías su característica única y aporta una relación cuantitativa entre las mercancías., esta relación consiste en una relación social entre los propietarios de mercancías o entre los productores de estas. los productores individuales, que trabajan aisladamente cada uno, trabajan en realidad unos para otros, esta relación tiene un carácter social incluido en el acto de cambio. La forma de valor de cambio se produce en el hecho de que las mercancías son productos del trabajo humano en una sociedad basada en la división del trabajo, en la que los productores trabajan privada e independientemente.

El valor de cambio se aplica solo cuando las mercancías están presentes en plural ya que existe una relación entre mercancías. Una mercancía para Marx es un simple valor. Como valor, una mercancía es un rasgo de una forma histórica específica de sociedad que se distingue por dos características principales:

1- División del trabajo desarrollada.

2- Producción privada.

Marx identificaba el trabajo como una sustancia del valor.

4. Trabajo y valor.

Para Marx, el trabajo era el valor que hacia oculto detrás del valor de cambio. El trabajo también presenta dos aspectos diferentes, uno el valor de uso otro el valor de mercancía que produce. A la mercancía como valor de uso corresponde el trabajo como trabajo útil.

Pero la suposición de que el trabajo útil es la única fuente de valor de uso es incorrecta. La naturaleza coopera tato activa como pasivamente en el proceso de producción del valor de uso. El valor de una mercancía representa el gasto de trabajo humano general.Todo trabajo requiere gasto de fuerza humana es el trabajo el que crea y da valor a las mercancías. Todo trabajo es gasto de de fuerza humana de trabajo en una forma especial y con un fin preciso, y en esté, su trabajo de carácter de trabajo útil concreto, produce valores de uso.

5. Trabajo Abstracto.

El trabajo abstracto equivale al trabajo en general, es común a toda actividad humana productiva.

Para Marx fue un tremendo progreso por parte de Adam Smith hacer a un lado todas las limitaciones que caracterizaban la actividad productora de riqueza y definirla como trabajo en general, no industrial, no comercial, ni agrícola, ni uno y otro a la vez. La reducción de todo trabajo a un común denominador, de modo que las unidades de trabajo puedan ser comparadas entre sí y sustituidas una por otra, sumadas y restadas, y finalmente agrupadas para formar un conjunto social, no es una abstracción arbitraria. Es más bien una abstracción que pertenece a lo esencial del capitalismo.

La sociedad capitalista se caracteriza por un grado de movilidad del trabajo mucho mayor que el que prevalecía en cualquier forma anterior de la sociedad.

Las diferentes clases específicas de trabajo que existen en un momento dado y las cantidades relativas de cada una vienen a ser cuestiones de importancia secundaria en cualquier noción general del sistema económico. Mucho más importante es el volumen total de la fuerza de trabajo social y su nivel general de desarrollo. De ellos dependen las potencialidades productivas de la sociedad, a sea que se manifiesten en la producción de artículos de consumo o en la producción de implementos de guerra.

La reducción de todo trabajo a trabajo abstracto se debe a que el trabajo a que los individuos pasan fácilmente de una clase de trabajo a otra de acuerdo con la necesidad social.

6. La relación de lo cuantitativo con lo cualitativo en la teoría del valor.

El trabajo abstracto es la sustancia del valor. A primera vista, una mercancía, parece un artículo útil, producto del trabajo privado y aislado del resto de la sociedad, de un trabajador. Pero esa mercancía comparte con el resto de mercancías el hecho de absorber una parte del total de la fuerza de trabajo disponible en una sociedad. Esto es lo que coloca a la mercancía en el punto de partida y la da la categoría central de la economía política en los tiempos modernos.

Desde un punto de vista formal parece que la teoría del valor cuantitativo solo concierne en descubrir las leyes que rigen las proporciones relativas en que las mercancías se cambian unas por otras. Pero, para Marx, el valor de cambio es tan solo la forma fenomenal bajo la cual se oculta el valor mismo.

El hecho de que una mercancía sea un valor significa que es trabajo abstracto materializado, o en otras palabras, que ha absorbido una parte del total de la actividad productora de riqueza de la sociedad. La significación del valor como categoría cuantitativa diferente del valor de cambio se hace visible.

La tarea central de la teoría del valor cuantitativo surge de esta definición del valor como magnitud. Estudia las leyes que gobiernan la asignación de la fuerza de trabajo a las diferentes esferas de la producción en una sociedad de productores de mercancías.

“Trabajo socialmente necesario” y “trabajo simple”, pertenecen al aspecto cualitativo de la teoría del valor.

7. El carácter fetichista de las mercancías.

En el valor de cambio existe una relación entre productores en un sistema determinado de división del trabajo, y en el trabajo particular de los individuos una parte integrante de la suma de fuerza de trabajo de la sociedad. Las ideas a que esta forma de organización social dan origen tienen a menudo una sola remota relación con las relaciones sociales reales que yacen bajo ella. En la producción de mercancías la relación básica entre los hombres adopta, para Marx, la fantástica forma de una relación entre las cosas. Esta materialización es la medula de su doctrina del fetichismo.

En épocas anteriores, as relaciones de producción tenían un carácter personal directo, esto hacia la materialización de las relaciones sociales imposible. Solo cuando la producción de mercancías alcanza un desarrollo tan alto y una difusión tan grande como para dominar la vida de la sociedad, el fenómeno de la materialización de las relaciones sociales adquiere importancia decisiva. Esto ocurre en unas condiciones de capitalismo relativamente avanzado. Un productor individual trata con su prójimo solo a través del mercado donde los precios y las cantidades vendidas son las realidades sustanciales y los seres humanos no son más que sus instrumentos. El carácter real de las relaciones entre los productores mismos es deformado y oscurecido.

Una vez que el mundo de las mercancías ha realizado su independencia y sometido a los productores a su dominio, estos empiezan a mirarlo como ven al mundo de la naturaleza misma. El orden social se convierte en “la segunda naturaleza”.

Con sus ideas de la “mano invisible”, Adam Smith, como política económica, surge una profunda creencia en él carácter impersonal y automático del orden económico. Este prejuicio contra la acción social siguió siendo un rasgo muy prominente de la ideología capitalista hasta hace muy poco.

La materialización de las relaciones sociales ha ejercido una profunda influencia en el pensamiento económico tradicional, en dos sentidos importantes. En las categorías de la economía capitalista, en primer lugar, considerando como si fueran inevitables categorías de la vida económica en general. Y en segundo lugar, la atribución de poder independiente a las cosas no es en ninguna parte más clara que en la división tradicional de los “factores de producción” en tierra, trabajo y capital, de cada uno de los cuales se piensa que produce un ingreso a sus propietarios.

Es evidente que la forma de producción de mercancías constituye el velo más eficaz posible para ocultar el verdadero carácter de clase de la sociedad capitalista. Como propietarios de mercancías, todos ellos están en un plano de igualdad perfecta y sus relaciones se producen entre seres humanos libres e iguales. El obrero, sin embargo, advierte que su falta de acceso a los medios de producción los obliga a trabajar en condiciones dictadas por aquellos que tienen el monopolio de los medios de producción, siendo explotado en beneficio de otros.

El mundo de las mercancías, por el contrario, aparece como un mundo de iguales, El obrero, enajena su fuerza de trabajo, la cual permanece opuesta a él como cualquier mercancía a su propietario.

El desarrollo de la producción de mercancías bajo condiciones de capitalismo exhibe una intensa racionalización de sus procesos parciales una creciente irracionalidad del funcionamiento del sistema como un todo.

La teoría del valor cualitativo con su corolario en la doctrina del Fetichismo de la Mercancía, es le primer paso esencial en el análisis marxista del capitalismo.

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